Se puede producir un desequilibrio en los patrones de ondas cerebrales mediante los cambios de luz, durante la emisión de programas de televisión. Esto me impactó por lo que busqué algún articulo que hablase de ello y aquí os dejo lo que encontré La Dra. Carla Hannaford, neurobióloga, educadora, autora de” Aprender moviendo el cuerpo”,” El factor dominante” “Gimnasia de las neuronas” , explica que el cerebro es muy sensible a los movimientos rápidos ,los ruidos repentinos y sobre todo a los cambios de luz que pudieran indicar peligro asi que nos preparamos para huir o pelear por nuestra vidaEn este momento solo actuamos con el cerebro repitil desconectándonos del mamífero y de la corteza cerebral, actuamos de forma AUTOMATICA no podemos pensar ni razonar, ni tener sentimientos Los programadores lo saben, por lo que lo usan para mantenernos pegados al televisor ,aunque no queramos .Si deseas darte una idea de lo que los programadores incrementan los cambios de luz puedes contar los cambios o intermitencias que se dan durante una emisión .Esas intermitencias pueden producir patrones anormales de las ondas cerebrales que es lo que ocurrió en Japón cuando una secuencia de cinco segundos de luces destellantes en un episodio de Pokemón envió al hospital a 618 niños que sufrieron un ataque. UN ELECTROSHOCK PROVOCADO POR IMÁGENES José Luis Ortiz Garza A las 18:30 horas del martes 16 de diciembre de 1997, millones de niños japoneses comenzaron a ver un episodio en el que Pikachu, el protagonista, y sus amigos se encuentran en el interior de una computadora con el villano Polígono, quien les arroja una «bomba de virus». Con sus poderes eléctricos, Pikachu repele la agresión y genera una explosión de luces multicolores que, además de intensas e intermitentes, se suceden a gran velocidad. En ese instante, muchos televidentes sintieron como si el contraataque fuera dirigido a ellos. Para las 19:30 horas, 618 niños habían ingresado en hospitales afectados por desvanecimiento, náuseas, ataques de epilepsia y otros padecimientos menores. Inmediatamente las televisoras nacionales incluyeron la noticia y al repetir la secuencia del ataque, se incrementó el número de afectados, cuya cifra oficial fue de 11,870. Si bien hubo quienes la rechazaron, la explicación del extraño fenómeno se centró en el concepto de pacing o ritmo con que las imágenes y sonidos son producidas en un producto audiovisual. En el caso de la explosión, el ritmo fue tan intenso que resultó excesivo para que pudiera ser procesado por la mente de los niños afectados.1 La relación entre el excesivo ritmo de estimulación audiovisual y los efectos en la salud física y mental de los niños es un tema que se ha estudiado con mayor frecuencia en los últimos años. .

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