El perdón es absolutamente necesario para tener una vida plena. Cuando decimos vivir plenamente, nos estamos refiriendo a una vida completa, o sea, llena de paz y armonía; con buena salud física y financieramente estables para poder disfrutar de todo lo bueno que deseemos tener y que nos haga sentir felices. Muchas de las veces somos demasiado duros e inflexibles con nosotros mismos. Si cometemos un pequeño error, nos castigamos cruelmente durante todo el día condenando nuestra falla y proceder. Nos lamentamos a cada rato diciéndonos: "Qué barbaridad, no había razón para que me hubiera enojado tanto, y no debi haberle dicho esto o aquello". Y continuamos con lo mismo, pensando, lamentándonos, condenándonos y al final del día nos sentimos abatidos, cansados, tristes.
Unos días después, nos enfermamos y luego nos sorprendemos, "¿por qué me pasó esto? Ayer todavía estaba bien y ahora no me puedo ni levantar de la cama. Me siento muy mal. Tengo fiebre y me siento resfriado". Ahora podrás observar la reacción que tuvo tu cuerpo a toda esa descarga de coraje contigo mismo. Es lógico el resultado de "causa y efecto", la ley mental que accionaste en forma negativa e inconsciente, porque lógicamente no querías enfermarte. El desconocimiento de está ley no nos exime del resultado . Si en ves de enojarte contigo mismo hubieras pensado antes de hablar , no te hubiera pasado esto. La forma hiriente en que reaccionaste contra uno de tus seres queridos al estar molesto, o porque no te sentías bien, originó que ambos se lanzarán hasta insultos, cuando en realidad no era nada de importancia. Si ambos hubieran pensado antes de hablar, todo se hubiera aclarado y solucionado sin llegar a los extremos. Después de que te tranquilizaste y pudiste realmente pensar, te diste cuenta del error y luego vino tu propio juicio y condena. Por está razón, es muy importante no juzgarnos tan duramente. Lo más saludable es permanecer tranquilos para poder pensar antes de reaccionar. Si has tenido alguna experiencia similar a ésta, es importante que hagas la oración del perdón para que sanes de tu propia herida, antes de que se arraigue más y hasta un cáncer se puede contraer; consideramos que nadioe quiere esto. Di para ti mismo con mucha fé, creencia y convicción:
"Yo, (menciona o escribe tu nombre completo) me perdono a mi misma/o por todos los errores y faltas que haya cometido en el pasado. Dios ya me ha perdonado y yo me he perdonado también.
De una u otra forma yo ya he pagado por todo esto al darme cuenta y sufrir por ello.
Yo ahora soy un ser libre de todo pecado o error del pasado. Yo borro de mi subconciencia toda atadura y disfruto de mi libertad para vivir a plenitud como es mi derecho divino.
Ahora yo hago mi reclamo de todo lo bueno que mi creador me ha dado.
Yo reclamo aqui y ahora como míos la salud perfecta, felicidad, prosperidad y éxito en todo lo que haga, diga o piense, así mismo la paz mental.
Al hacer mi reclamo, yo no interfiero con nadie, ya que todos tenemos el mismo derecho de hacerlo.
Yo sé que hay un poder divino en mí que hace realidad mis palabras en el momento correcto y perfecto de cada cosa.
Yo acepto está verdad y doy gracias por ella. Yo la creo y sé que así es. Amén"
Dí está oración mínimo tres veces al día o tantas veces como lo puedas hacer. En 21 días, o tal vez antes -dependiendo de la fé con la que la hagas-, verás el resultado. La paz retornaráa tu corazón y tu vida cambiará para lo mejor.
Copia exacta del libro:
Oraciones Científicas
Alida y José L. Sosa, R. Sc. P.
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